martes, 22 de abril de 2014

El magisterio: la profesión light

Para enseñar sin educar no se necesitan escuelas
ni título de maestro

No conozco profesión más invadida, violada y compartida que la profesión de maestro. Si algo bueno tiene la propuesta de la Comunidad de Madrid es que para ser buen maestro no es necesario estudiar para maestro. 
No hace mucho la Propuesta de la Comunidad de Madrid solicitaba al Ministerio de Educación que amplíe el acceso a las pruebas de maestro a titulados universitarios que no hayan recibido formación de Magisterio, ha revuelto el avispero magisterial. “Propuesta sacada de la chistera. Educación parece un laboratorio de saborizantes de chetos” (léase Cheetos o Doritos). nos dice la "maga" CarmenMartínez Amat. La posición analógica de Jordi Martí (Cualquiera vale para maestro) me parece más práctica y racional; en cierto sentido la propuesta de la Comunidad de Madrid tiene su alma de razón: “¿Tan malo es abrir la puerta para, una vez dentro del sistema, ir haciendo el filtro?”. Algunos maestros han propuesto cerrar las escuelas antes que permitir que enseñen personas sin titulación de maestro. Yo estoy claro: La Nueva Tecnología que no sustituya al maestro en el aula, al aula y a la escuela también, no es nueva ni buena (El penúltimo carrito). 


Si consideramos que el 72% en el 2013 y 90% en el 2011 de los maestros graduados no pasaron la primera prueba de oposición al magisterio, que una gran parte de los que estudian magisterio vienen de otras carreras (ciencias, finanzas y administración generalmente) en las que fracasaron, bien podemos decir que las Escuelas de Pedagogía también son light.


Dadme el maestro y os abandono la organización, el local, los medios materiales; cuantos factores, en suma, contribuyen a auxiliar su función. Él se dará arte para suplir la insuficiencia o los vicios de cada uno de ellos
Fco. Giner de los Rios

Los grandes pedagogos de la historia humana generalmente no son producto de Escuelas de Pedagogía. La carrera de Magisterio, de acuerdo a la propuesta, tiene poco sentido. Fueron valientes los proponentes. El sentido adviene del docente, independientemente y a pesar del sistema de donde viene y del sistema donde está. 


Para enseñar sin educar, no se necesitan escuelas ni título de maestro

Los maestros repiten hasta la saciedad, por la cuenta que les tiene, que los "padres educan y los maestros enseñan", y no se equivocan. Sabemos que educar es más difísil que enseñar (para enseñar se precisa saber y para educar se precisa ser, dice el refrán), ¿en qué escuela de pedogogía obtuvieron los padres el título de educadores?, ¿cómo se las arreglan para educar sin titulación de docentes?, me pregunto. Si “en la escuela se instruye, no se educa”, la figura del maestro y de la escuela pueden desaparecer a partir de hoy sin menoscabo de la instrucción. Los instructores y transmisores de información están por ahí que hacen orilla, se les encuentra en cualquier lugar, generalmente lejos de la escuela, y a cualquier hora, antes, durante y después del horario escolar.

Hubo una época en la que para dar clase no era necesario la carrera de maestro, era suficiente ser una persona culta. Pero hoy se consiguen con lupa maestros cultos, maestros que transmitan cultura y humanismo, maestros que se expresen y escriban correctamente lo que piensan. Y es que la función de enseñar y la tarea de aprender son universales, naturales y trans-humanas. Las competencias del buen maestro se adquieren en la universidad experimental de la vida, en el trajín de día a día: desde que nacemos hasta el buen morir estamos involucrados en el arte de aprender y enseñar.

No conozco profesión más invadida, violada y compartida por otros agentes educativos que no han pasado por las escuelas de pedagogía que la profesión de maestro. No importa que profesionalicen y regulen la entrada a la profesión magisterial, seguirán multiplicándose agentes educativos por doquier, poniendo en práctica el arte de enseñar con resultados similares. A esto hay que añadir la realidad fáctica de que el espacio y el tiempo donde convergían la enseñanza y el aprendizaje se han desacreditado y están siendo sustituidos por otros espacios y tiempos incontrolables por los administradores del sistema educativo. Si algo bueno tiene la propuesta de la Comunidad de Madrid es que para ser buen maestro no es necesario estudiar para maestro, ni siquiera ser especialista en materias. La educación básica tiene poco o nada que ver con materias. ¡Cuánto hecho de menos el Trivium! Tendremos que esperar diez años más para que la Comunidad de Madrid u otra Comunidad más valiente proponga la Educación de mínimos, esto es: sacar de la escuela el currículum bimodal (el contenido conceptual y procedimental); en palabras más inteligibles, sacar del aula la instrucción, la información y las tareas. Las tareas casi siempre se han llevado a cabo con bastante éxito fuera del aula; la "Escuela al revés", si para algo ha servido, ha sido para mostrar que la transmisión de información y la instrucción también pueden llevarse a cabo eficientemente fuera del aula (Hecha un vistazo a La clase al revés y la Educación de mínimos).


Es necesario sacar de la escuela el currículum bimodal. En términos inteligibles, sacar del aula la instrucción, la transmisión de información y las tareas.

En el 2011 inicié esta discusión con el tema “La maestra es lo de menos”. El concepto de maestro corre la misma suerte que el concepto de enseñanza (ver Falacia enseñanza-aprendizaje). Tan provisional y efímero es uno como el otro. Sus funciones y roles pueden ser asumidos fácilmente por otros agentes educativos con mucha menos escolaridad; la presencia física o virtual del maestro sigue siendo relativa desde que el aprendizaje puede darse con él, sin él y a pesar de él. La gran ironía ocurre cuando el aparato gubernamental, por conveniencia socio-política, sacraliza (como en los viejos tiempos), proletariza o profesionaliza (como en nuestros tiempos) a unos agentes educativos determinados, con o sin preparación magisterial, para mantener con vida una estructura milenaria. A propósito de “la preparación magisterial”, la mayoría de los agentes educativos que enseñan en instituciones post-escolares (colegios técnicos, universidades…) carecen del título de “maestro”.

Qué no daría yo para transformar la propuesta de la Comunidad de Madrid en una investigación en acción. Quién sabe si, luego de contrastar los resultados, descubrimos que está demás el título de maestro para enseñar y educar (sic) ¿Pueden imaginarse lo mucho que se ahorraría en plena crisis fiscal?

6 comentarios:

  1. Bueno, eso podría aplicarse a muchas profesiones, ¿cerramos las escuelas?

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  2. Vaya medicridad no ir a la Universidad y ensenar uff mucho q aprenderan.

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  3. No puedo estar más en desacuerdo: para mí es casi más importante tener buenos maestros que buenos profesores (primaria es una etapa crucial), y para ser buen maestro hay que prepararse muy bien, y ser muy inteligente (soy profesora)

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  4. Buen artículo para hacernos repensar el papel del aprendizaje y la enseñanza en la época de la clase al revés. Temas todos que abordaremos también en el congreso de Educación Abierta y Tecnología IKASNABAR 2014 en Bilbao. Seguro que sería un gran aporte el que tuviéramos a Juan entre nosotros y de paso pudiera recordar el tiempo que pasó en Gernika estudiando filosofía. Salu2 cordiales desde la Universidad del País Vasco.

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    1. Gorka, trajiste a mi mente los mejores años de mi vida, los cuiales trascurrieron en el país vasco. Todavía hoy, tengo 3/4 partes de mi ser (prácticamente toda mi familia) en Bilbao. A pesar de la distancia (vivo en Puerto Rico), no puedo pasar dos años sin pisar esa tierra. Puedes contar conmigo.

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Muchas gracias

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