De tanto estudiar se me olvidó aprender
Lo que el profesor enseña no es lo que el estudiante aprende.
"Enseñar es imposible... y esto abre posibilidades sin precedentes." E. Ellsworth
.
La enseñanza es necesaria para la supervivencia del magisterio, no para el aprendizaje del estudiante
El aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender,
no cuando alguien quiere enseñar.
La falacia del binomio enseñanza-aprendizaje se pone de manifiesto cuando el peso del conocimiento acumulado por siglos en las mentes preclaras y en soportes tangibles egoístas rompe la densidad de la “Nube”, henchida de saberes, la inteligencia global, e inunda la superficie terrestre de conocimientos inimaginables. Resulta baladí transmitir conocimiento, DAR algo (dar clase, impartir conocimiento = enseñanza), para RECIBIR algo (recibir contenidos curriculares, adquirir algo = aprendizaje).
Estamos pagando el error milenario occidental al asociar docente con enseñanza. Se ha formado y sigue formándose al docente para que enseñe (para decir lo que sabe) y no para aprender y cuidar el SER. Es el docente, no el discente, quien debe estar imposibilitado, incapacitado, para enseñar, para decir lo que sabe. Es necesario retomar el momento socrático del "yo no enseño... yo soy estéril en sabiduría" y enfocar su capacitación para el "cuido del SER" (momento heideggeriano).
Estamos pagando el error milenario occidental al asociar docente con enseñanza. Se ha formado y sigue formándose al docente para que enseñe (para decir lo que sabe) y no para aprender y cuidar el SER. Es el docente, no el discente, quien debe estar imposibilitado, incapacitado, para enseñar, para decir lo que sabe. Es necesario retomar el momento socrático del "yo no enseño... yo soy estéril en sabiduría" y enfocar su capacitación para el "cuido del SER" (momento heideggeriano).
A. CONCEPTO DE ENSEÑANZA
La definición de enseñanza está en función de las teorías de
aprendizaje, teorías instruccionales, modelos de enseñanza y de lo que se
espera que el enseñante haga en el aula. Cuando se da la realidad fáctica de
que la enseñanza y la escuela tradicional pasan a ser innecesarias (y como la
escuela, el aula y el currículo tienen que seguir funcionando como dé lugar),
habrá que inventárselas para asignar nuevas funciones, además de la función
secular de transmisor, para justificar la presencia del docente, como las de guardián,
portero, mentor, guía, facilitador, entrenador, filtrador, intermediario,
modelador, compañero(a), próximo, amigo, etc. Estas nuevas funciones afectarán definitivamente al concepto de enseñanza.
Concepto
de enseñanza de Fenstermacher
Implica ayudar a
otros a ser, a humanizarse, a hacerse más humano… La enseñanza es una
actividad, un hacer, una práctica. Este concepto genérico que propone Fenstermacher indica que la
enseñanza es una actividad en la que debe haber al menos dos personas, una de
las cuales posee un conocimiento o una habilidad que la otra no posee; la
primera intenta ofrecer esos conocimientos o habilidades a la segunda,
estableciéndose entre ambas una cierta relación con el propósito de que la
segunda los adquiera. El
aprendizaje puede realizarlo uno mismo; se produce dentro de cada uno. La enseñanza, por el contrario, se produce,
por lo general, estando presente por lo menos una persona más; no es algo que
ocurra dentro de la cabeza de un solo individuo. (...) El aprendizaje implica la adquisición
de algo; la enseñanza implica dar algo. (...)
Hay, aquí, dos clases radicalmente diferentes de fenómenos [Gary
Fenstermacher (1989).
Tres aspectos de la filosofía de la
investigación sobre la enseñanza en La investigación de la enseñanza. Barcelona:
Paidós].
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El famoso
concepto de enseñanza propuesto por Fenstermacher funciona en los modelos
cognitivista y constructivista, pero no no es funcional para modelos
contemporáneos, como el conectivista. Dado que no es posible definir de forma
inequívoca y de una vez por todas qué es enseñanza, la tendencia ha sido
proponer definiciones provisorias, ciñéndose a los tiempos y espacios en los
que la enseñanza tiene que habérselas. “La visión del proceso (enseñanza-aprendizaje)
que hoy nos parece satisfactoria en nuestra sociedad puede no ser la definición
aceptada en otro tiempo o en otra cultura” [Jackson (2002): Práctica de la enseñanza. Buenos Aires:
Amorrotu editores]. Jackson recomienda abordar la enseñanza desde el Enfoque evolutivo, en lugar desde los
enfoques típicos de genérico, epistémico y consensual/funcional. El enfoque evolutivo
le permite no comprometerse con la veracidad o la falsedad de ninguna
definición concreta de enseñanza, y ubica la enseñanza dentro de “una red de
relaciones”.
B. RELACIÓN ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
El binomio mágico enseñanza-aprendizaje sale a
flor de labio, de forma espontánea, en todos los coversatorios magisterales. "El aprendizaje y la enseñanza son tan
inseparables como las dos caras de una misma moneda: ninguna puede existir sin
la otra", dice la clase magisterial. A partir del acceso masivo y democrático al
conocimiento, primero en soportes tangibles y luego en soportes intangibles, la
relación causa-efecto entre enseñanza y el aprendizaje deja de tener adeptos, a
tal punto que ya nadie defiende dicha relación. Después de la brillante
exposición de Fenstermacher sobre la relación de dependencia ontológica entre
enseñanza-aprendizaje, se daba por terminada la discusión.
1. Enseñanza-aprendizaje. Relación de dependencia
ontológica
Ante el hecho
constatado de aprendizajes que no son producto de la enseñanza, y enseñanza que
no produce aprendizaje alguno, Fenstermacher propone una relación
ontológica entre enseñanza y aprendizaje.
La relación de “dependencia ontológica” que postula Fenstermacher es una relación de inclusión y de
subordinación (el aprendizaje está subordinado a la enseñanza del maestro) y
al mismo tiempo acomodaticia (todo aprendizaje es producto de la enseñanza,
pero no toda enseñanza produce aprendizaje). Fenstermacher contrasta la relación de dependencia ontológica con la idea de relación causal mediante
una comparación entre correr y ganar, buscar y encontrar. Una persona puede
estar corriendo una carrera y no ganarla, pero nadie puede decir que no
corrió. Hay una dependencia ontológica entre correr una carrera y ganarla
porque la persona que lo realiza desea ganar, pero no es causal (si corro la
carrera voy a ganar). Es decir existe una relación, pero no es de causa-efecto,
sino de dependencia ontológica. La relación de
“dependencia ontológica”, al una cosa
(enseñanza) no ser causa eficiente de
la otra (aprendizaje), provee una salida triunfante para cuando el
aprendizaje académico no sea producto de la enseñanza del maestro(a). Paulo Freire pertenece a esta
vertiente: “Enseñar no existe sin el aprender, y con esto quiero
decir más de lo que diría si dijese que el acto de enseñar exige la
existencia de quien enseña y de quien aprende” [Cartas a
quien pretende enseñar Siglo XXI Editores].
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Este tipo de relación ontológica crea más
problemas de los que resuelve. Pues aquello que hace que el corredor gane, el
buscador encuentre, y el sujeto aprenda, no es la carrera, ni la búsqueda, ni
la enseñanza; sino del que corre, busca y aprende. Lo que hace que el
aprendizaje sea aprendizaje es la representación interna del
objeto/interiorización por parte del sujeto (estudiante o maestro, en igualdad
de condiciones). ¿Qué sucede cuando el que
enseña contenido académico no es el maestro titular, sino La Nube o el mismo
aprendiz que, como buen prosumidor, aprende emitiendo, informando (esto es enseñando), creando y curando
contenidos, difundiendo, co-creando,
co-laborando, co-gestionando conocimiento, co-participando? A veces,
pensando en el docente que defiende la relación de dependencia enseñanza-aprendizaje tradicional, me pregunto ¿dónde y
cómo el docente aprendió lo que ahora enseña? Seguro que no fue en un entorno aúlico,
ni a través de un modelo de enseñanza emisor-receptor, como tal vez lo impone
ahora.
2.
Enseñanza-aprendizaje. Relación
de proximidad. Compañerismo
De la misma
forma que las teorías de aprendizaje tradicionales que se fundamentan en el
proceso y construcción del conocimiento no ofrecen una respuesta adecuada al
conocimiento que se crea fuera de las personas, como es el caso del
conocimiento almacenado y manipulado por la tecnología, tampoco la relación
enseñanza-aprendizaje (como causa-efecto o como dependencia ontológica)
satisface el aprendizaje curricular que se adquiere sin que medie la enseñanza
del maestro.
Como
en la relación causal y ontológica entre enseñanza-aprendizaje no puede darse
un término sin el otro, por ser inclusivas, se propone una relación analógica
que permita la existencia de un término sin la presencia del otro. Este tipo de
relación analógica sería el de proximidad.
Se entiende por relación de proximidad
cuando un elemento suele estar próximo
del otro, abierto al otro en el
espacio o en el tiempo, sin depender del otro. Por ejemplo: enero–nieve,
educación-tecnología, enseñanza-aprendizaje. De la misma forma que la falta de
nieve no desmerece a enero ni la ausencia de nueva tecnología desluce la
educación, tampoco la falta de enseñanza deprecia el aprendizaje.
La
enseñanza, causa eficiente del maestro, puede estar presente o no en el
aprendizaje, causa eficiente del estudiante. De estar presente, iría a la par o
junto (próximo) al aprendizaje del discente.
Este tipo de relación de proximidad y de no-dependencia entre
enseñanza-aprendizaje mina el paradigma jerárquico emisor-receptor (dar algo para recibir algo), retumba en las mazmorras donde se encuentra
clausurado el conocimiento de nuestras escuelas y universidades, empuja al
docente a formar parte de una red de relaciones (de la que vislumbraba Jackson),
obliga al docente a una apertura dialógica y ser un nodo entre nodos y no una
isla.
La relación de proximidad da pie para instaurar
un modelo concurrente de enseñanza que
llene el vacío que dejan los dos modelos anteriores predominantes, el transmisivo y el co-constructivo. En el modelo
transmisivo, el docente, bien como transmisor de conocimiento o como
colgador de materiales, al estar el conocimiento en medio de nosotros, se ha
vuelto superfluo. En el modelo co-constructivo,
el docente acostumbra desconfiar de la capacidad del estudiante para llevar a
cabo sus representaciones, a pesar de que sus defensores insistan en que las
colaboraciones y apoyos sean provisionales y desaparezcan progresivamente, permitiendo que
el alumno asuma el control de su actividad (Bruner). El modelo concurrente
o convergente, a partir de las nuevas formas de comunicar
e interaccionar entre pares, pone sobre aviso al papel activo del docente-guía y docente-facilitador, no sea que el
docente se quede también con el guía del auto-(aprendizaje). “Las actividades como enviarse un
whatsapp o actualizar el Facebook requieren los mismos recursos mentales que
los que necesita la escuela. El multitasking tiene un coste cognitivo muy elevado” (David
Meyer, profesor de psicología de la Universidad de Michigan).
El modelo concurrente o convergente piensa que como el docente y discente tienen acceso por distintas vías a fuentes similares de conocimiento (se da el caso en el que las fuentes del discente a veces son mejores que las del docente, por más que nos parapetemos en que no saben buscar), lo más apropiado sería “enseñarle a éste a mirar hacia el lugar adecuado” (Platón), en lugar de indicarle por donde ir o suministrarle el link (se llegaría al mismo sitio). Al final de la jornada, se colocarían sobre la mesa de piedra las “distintas piezas cazadas” en igualdad de condiciones. Ni enseño yo y aprendes tú: enseñamos y aprendemos. Ni mando yo y haces tú: nos mandamos y hacemos. Ni docente ni discente: comunidad. En este modelo se insta al profesor, no a “ayudar para luego desaparecer”, sino a ser nodo, a enredarse paralelamente en la misma actividad del discente; no para competir, sino para modelar entre nodos.
El modelo concurrente o convergente piensa que como el docente y discente tienen acceso por distintas vías a fuentes similares de conocimiento (se da el caso en el que las fuentes del discente a veces son mejores que las del docente, por más que nos parapetemos en que no saben buscar), lo más apropiado sería “enseñarle a éste a mirar hacia el lugar adecuado” (Platón), en lugar de indicarle por donde ir o suministrarle el link (se llegaría al mismo sitio). Al final de la jornada, se colocarían sobre la mesa de piedra las “distintas piezas cazadas” en igualdad de condiciones. Ni enseño yo y aprendes tú: enseñamos y aprendemos. Ni mando yo y haces tú: nos mandamos y hacemos. Ni docente ni discente: comunidad. En este modelo se insta al profesor, no a “ayudar para luego desaparecer”, sino a ser nodo, a enredarse paralelamente en la misma actividad del discente; no para competir, sino para modelar entre nodos.
“Que los maestros no llenen de contenidos a sus
estudiantes, sino que escuchen lo que ellos ya saben, y que propongan métodos
interesantes para discutir el conocimiento que ellos traen de sus casas, de
Internet, de los documentales televisivos. ¡Que se acaben los deberes! Que la
escuela sepa que no tiene el derecho de ocupar toda la vida de los niños. Que
se les dé el tiempo para jugar. Y mucho" (Francesco
Tonucci).
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3.
Enseñanza-aprendizaje.
Relación dialéctica
Si las
máquinas inteligentes aprenden y enseñan por sí solas (Input Process Output), qué no será capaz de hacer un
niño por sí solo, cien veces más inteligente. Si nuestros estudiantes no saben,
no es por falta de enseñanza del maestro, sino porque no enseñan. A partir de los sistemas de información y
de comunicación y de la teoría aristotélica
del conocimiento, único modelo aceptado por la computación y la robótica
(IPO = Input-Proceso-Output), nos damos cuenta que el aprendizaje se fragua al pensar
sobre los procesos (P), que la
enseñanza depende directamente del aprendizaje, y el aprendizaje ulterior de la
enseñanza precedente.
La enseñanza, entendida como discurso, dicción,
“dar algo”, es producto (O) del pensamiento y de lo aprendido (P) vía la
experienciación (I). El aprendizaje es resultado del “hacer cosas”, de la
interacción y del actuar con el mundo y con su propio pensamiento. No
hay aprendizaje que valga, significativo, ni saber útil, hasta que la idea (eidos) se “encarne” en la palabra (logos=discurso, enseñanza). La O es la exteriorización del conocimiento, el "parto". El decir es producto del pensar. Sin logos, el aprendizaje se estanca, se contamina y se pudre. El aprendizaje invisible, no explícito, no compartido, el aprendizaje típico de los hogares, de las aulas, y de las redes sociales, puede terminar siendo un aprendizaje injusto y egoista. De 6.900 personas que vieron un post, sólo una hizo explícito su pensar; de la familia completa, ensimismada con biografía de su FB mientras come, tal vez un solo miembro textea (exterioriza) su interioridad. El "resto de curiosos" anda al acecho del saber rumiado por otros.
Maestro y
estudiante aprenden y, al aprender, enseñan. Enseñanza y aprendizaje son propiedades del discente y del docente. Maestro y estudiante aprenden al
enseñar y enseñan al aprender. Todos somos maestros y alumnos. Pregúntate: ¿Qué vine a
aprender aquí y qué vine a enseñar? (Louise Hay).
Hay un culto excesivo al
supuesto aprendizaje aúlico. Como si las destrezas básicas que sabe el niño
fueran sólo producto de la interacción que ocurre en el marco del aula.
“Para mí, no hay separación clara entre enseñar y aprender, porque enseñando también se aprende”(Pau Casals)
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C. APRENDIZAJE SIN ENSEÑANZA. Yo no enseño, luego soy docente
El aprendizaje ocurre cuando
alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar
Se aprende más enseñando
que escuchando
Lo que nosostros enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden
Lo que nosostros enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden
La estrategia y/o el
modelo de la no-enseñanza siempre ha
estado presente en la historia de la educación. Se inicia con Sócrates
y actualmente está representado por los modelos de Sudbury y el de Sugata Mitra.
Sócrates utiliza la “no-enseñanza” como estrategia para
aprender, ateniéndose a las consecuencias al enfrentarse a una cultura sofista, discursiva y conferencista. Cuando estos autores afirman que se aprende sin enseñanza, se están refiriendo a la enseñanza tradicional, al dar algo para recibir algo del maestro, el “pan de la enseñanza”. Los seres humanos somos expertos en aprender. Y no me refiero a un hacer físico o manual sino a un hacer intelectual. Vimos cómo aprender exige hacer, interaccionar con el medio. En palabras de Einstein “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”. Y de John Dewey: Dad al alumno algo que HACER y no algo que aprender, ya que el hacer tiene tal potencia que exige pensar y reflexionar. “Los alumnos no aprenden de los profesores ni tampoco de la tecnología, sino que aprenden de pensar sobre lo que están haciendo, de lo que hicieron, de los procesos. El pensamiento es el que favorece el aprendizaje” (Jennifer Groff). Hay quien todavía va mucho más allá y afirma que, gracias a las tecnologías, los niños son capaces incluso de aprender solos, si tenemos la suficiente curiosidad, somos capaces de aprender por nosotros mismos (Sugata Mitra). " Así fue como en Nueva Delhi nació la primera experiencia de aprendizaje autónomo en un entorno organizado por los propios aprendices, o lo que es lo mismo SOLEs, (de sus siglas en inglés Self-Organized Learning Environment), una metodología que Sugata Mitra viene desarrollando e investigando desde entonces y que en el año 2013 se ha alzado con el premio TEDPrize para construir una escuela en la nube. Una escuela a la que cualquier niño del mundo pueda acceder desde la red para aprender por sí mismo, o en grupo con otros compañeros" (Fuente).
aprender, ateniéndose a las consecuencias al enfrentarse a una cultura sofista, discursiva y conferencista. Cuando estos autores afirman que se aprende sin enseñanza, se están refiriendo a la enseñanza tradicional, al dar algo para recibir algo del maestro, el “pan de la enseñanza”. Los seres humanos somos expertos en aprender. Y no me refiero a un hacer físico o manual sino a un hacer intelectual. Vimos cómo aprender exige hacer, interaccionar con el medio. En palabras de Einstein “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”. Y de John Dewey: Dad al alumno algo que HACER y no algo que aprender, ya que el hacer tiene tal potencia que exige pensar y reflexionar. “Los alumnos no aprenden de los profesores ni tampoco de la tecnología, sino que aprenden de pensar sobre lo que están haciendo, de lo que hicieron, de los procesos. El pensamiento es el que favorece el aprendizaje” (Jennifer Groff). Hay quien todavía va mucho más allá y afirma que, gracias a las tecnologías, los niños son capaces incluso de aprender solos, si tenemos la suficiente curiosidad, somos capaces de aprender por nosotros mismos (Sugata Mitra). "
Si hay enseñanza sin aprendizaje, también tiene que haber aprendizaje sin enseñanza
¿Existe realmente, no conceptualmente, “aprendizaje académico” sin enseñanza magisterial? Claro que existe, como existe enseñanza magisterial sin aprendizaje académico. De lo contrario, quedaría sin explicar el autoaprendizaje y el aprendizaje académicos que ocurren fuera del aula, como en el hogar, en las redes sociales y otros espacios, a merced de otros agentes educativos no-magisteriales.
Si se quiere que el gremio o profesión magisterial sobreviva, será necesario reinventarse y despojarse de las alforjas que hasta el presente han sido la esencia y razón de ser del maestro, la ENSEÑANZA.
¿Quién
enseña a quién?
Seymour Sarason, en La
enseñanza como arte de representación, compara al docente con los Artistas
de la representación y a los discentes con el Auditorio. Lo que pasó por alto
Sarason fue que la enseñanza, como representación o exteriorización de la
idea, es una propiedad intrínseca también del discente pletórico de saber.
Aristóteles, en uno de esos momentos platónicos inevitables, llegó a decir que enseñar no es una función vital, porque no
tiene el fin en sí misma; la función vital es aprender, no importa cómo,
con o sin enseñanza magisterial. ¿Qué tal si cambiamos el escenario del teatro/auditorio por una sala de parto, donde el que puja sea al
discente y el que contempla el parto (el auditorio) sea el docente? En este
entorno nativista/creacionista, tan espectacular
como el anterior, ¿quién es el que aprende y el que enseña? Todavía la
estructura y organización de nuestras aulas son una micro-reproducción de los
teatros romanos, las basílicas y escuelas monacales.
Dada esta
intervención e interacción entre los agentes educativos múltiples, no hay forma
de constatar que el aprendizaje escolarizado del discente sea producto de la
enseñanza del docente escolar o maestro. Son más los contenidos académicos que
se aprenden fuera que dentro de la escuela. Lo fascinante del sistema educativo
es el hecho fáctico de que el maestro, en nombre de la Institución educativa,
es quien legitima aprendizajes selectivos a cambio de su asistencia cotidiana a
la clase. En la
próxima entrada abordaremos los distintos agentes educativos que se adjudican el
derecho-deber a la enseñanza.
Querer y Emprender. Dos formas económicas de aprendizaje sin enseñanza
Querer. El slogan existencialista de "aprende el que quiera aprender" no ha sido ni será desbancado, pues está fundamentado en la esencia humana, en la voluntad. No hay que dar vueltas y más vueltas para entender y aceptar que somos lo que elegimos, lo que queremos y lo que hacemos. Todos los semestres me encuentro con el estudiante típico, atrasado por vagancia y falta de ganas, que justifica su retardo e ignorancia con relación al resto porque ellos "saben más", queriendo decir que han sido enseñados previamente, que tienen "más escuela" (en este caso, los que ivan al frente pertenecían a un programa de menos quilates -técnico- que el del resto -bachillerato), que son más inteligentes por naturaleza. Nunca aflora que hayan elegido aprender. Acostumbro no abandonar el diálogo hasta que comprendan que el saber (el ser inteligente) es producto del aprender, no de la escolarización y mucho menos su causa.
Emprender. Se aprende al emprender. Nos encontramos con un término, en última instancia, similar al de querer. La palabra emprendimiento se usa típicamente en el ámbito empresarial para referirse a nuevas iniciativas empresariales. Pero en su origen, la palabra emprendimiento trasciende a la empresa, de tal forma que podemos hablar de emprendimientos sociales, artísticos, intelectuales, educativos y políticos. El emprendimiento surge cuando las personas dejan de jugar el juego de la víctima y comienza a participar en la creación de su vida y sus destino. Emprender es soñar, y para soñar no es necesaria la enseñanza, al contrario, ésta lo entorpece. Sólo la acción convierte en realidad el sueño.
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Querer y Emprender. Dos formas económicas de aprendizaje sin enseñanza
Querer. El slogan existencialista de "aprende el que quiera aprender" no ha sido ni será desbancado, pues está fundamentado en la esencia humana, en la voluntad. No hay que dar vueltas y más vueltas para entender y aceptar que somos lo que elegimos, lo que queremos y lo que hacemos. Todos los semestres me encuentro con el estudiante típico, atrasado por vagancia y falta de ganas, que justifica su retardo e ignorancia con relación al resto porque ellos "saben más", queriendo decir que han sido enseñados previamente, que tienen "más escuela" (en este caso, los que ivan al frente pertenecían a un programa de menos quilates -técnico- que el del resto -bachillerato), que son más inteligentes por naturaleza. Nunca aflora que hayan elegido aprender. Acostumbro no abandonar el diálogo hasta que comprendan que el saber (el ser inteligente) es producto del aprender, no de la escolarización y mucho menos su causa.
Emprender. Se aprende al emprender. Nos encontramos con un término, en última instancia, similar al de querer. La palabra emprendimiento se usa típicamente en el ámbito empresarial para referirse a nuevas iniciativas empresariales. Pero en su origen, la palabra emprendimiento trasciende a la empresa, de tal forma que podemos hablar de emprendimientos sociales, artísticos, intelectuales, educativos y políticos. El emprendimiento surge cuando las personas dejan de jugar el juego de la víctima y comienza a participar en la creación de su vida y sus destino. Emprender es soñar, y para soñar no es necesaria la enseñanza, al contrario, ésta lo entorpece. Sólo la acción convierte en realidad el sueño.
Emprender es un acto del pensamiento
planificado y concebido para ser accionado hacia objetivos claros de
intencionalidad, es un acto de la acción funcional y creativa de la
genialidad humana, hecha por un ser hacedor y realizador, ¡un ser
emprendedor!, un constructor de ideas y sueños, ¡pero! para ser convertidos
en hechos transformados y plasmados en realidades objetivadas, es un acto que
obedece a su propio “instinto realizador,” presente en todos estos seres, que
por su vez, son dotados de una fuerte capacidad motivacional para ir en busca
de la concretización de sus ideas y sueños.
Emprender es un saber aprehendido y acumulado,
es un know-how y un conocimiento asimilado de forma vivencial y
cognitiva, que a sido adquirido por estos seres hacedores en su propio oficio
por el hacer, es un conocer aprendido en la forma de un saber hacer propio e
individual, es un acumulo curricular de esta praxis, que es gestado y
atesorado historialmente por el hacedor, para conformarlo en su propio método
y guía personal para así construir su “saber hacer”. Esta es la pura
expresión y esencia de este ser, de un nuevo homo-faber, un hacedor y emprendedor.
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Apéndice para quienes prefieran no enseñar
- La difusión del conocimiento y la educación ha enseñado muy poco a la humanidad sobre el autodominio, y aún menos sobre el arte de la convivencia:.Hugh Thomas
- No se puede enseñar nada a un hombre; solo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo: Galileo Galilei
- Yo no soy un maestro: solo un compañero de viaje al cual has preguntado el camino. Yo te señalé más allá, más allá de mí y de ti mismo:.George Bernard Shaw
- Estoy convencido de que el único tipo de educación que existe es la autoeducación: Isaac Asimov.
- El buen alumno aprende con el profesor, sin el profesor y a pesar del profesor: José Antonio Ortega
- ¿Cómo es que si los niños son tan inteligentes, la mayor parte de los adultos son tan estúpidos? Debe ser fruto de la educación: Alexandre Dumas (padre)..
- Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender: A. Einstein
- Los maestros pueden abrir puertas, pero solo tú puedes entrar: Proverbio chino
El artículo nos habla de cómo en la actualidad las escuelas siguen enseñando al estudiante según lo expuesto por el profesor. Si cambiaramos la forma de educar en vez de imponer, dejar al estudiante que aporte entonces sería como dice el artículo igualdad de condiciones. (Ni enseño y aprendes tu, sería enseñamos y aprendemos. Por eso debemos dejar que los estudiantes de este nuevo siglo aporten en el aula escolar.
ResponderEliminarEste artículo se basa en una informacion lógica. Ya que para el aprendizaje no necesariamente los seres humanos necesitan una enseñanza. El aprendizaje se obtiene de diferentes maneras como por ejemplo: observando, investigando, leyendo, buscando, creando, etc. Sin embargo, en la enseñanza se necesita dos personas o más, en donde una ofrece informacion y conocimientos. Por lo tanto, el aprendizaje se obtiene a través de la enseñanza o por el interés individual de la persona. Por consiguiente, el aprendizaje comienza desde pequeños con nuestros padres y familia, en la escuela y por nuestro aprendizaje. En fin, es de gran inportancia que los maestros de la actualidad interactuen mas con el estudiantes y que su rol no sea solamente el de ofrecer toda la información ya que la mejor forma de aprender es que el estudiante busque la información.
ResponderEliminarEn el CONDUCTISMO el aprendizaje se enfoca en el MAESTRO, por ser éste el conductor del conocimiento. En el COGNITIVISMO el aprendizaje se fundamenta en el CONOCIMIENTO mismo. De ahí que en este enfoque lo fundamental son las teorías, los programas de estudio, la evaluación, etc.
ResponderEliminarEn el CONSTRUCTIVISMO el aprendizaje se produce con la experiencia. Este enfoque considera que aunque alguien tenga el mejor maestro y los mejores programas de estudio, si no aprende a HACER POR SÍ MISMO las cosas, no podrá tener dominio de ellas. Es decir, el alumno es el CONSTRUCTOR de su propio aprendizaje. Aquí el maestro es un guía, un FACILITADOR, no es un genio sabelotodo y el conocimiento no es una RECETA INFALIBLE sino pautas, directrices, que puestas en práctica ayudarán a DESARROLLAR EL SABER.
Un artículo muy interesante de lo cual estoy 100% de acuerdo. Es tiempo de dejar las tizas, los papeles, las notas, lo aburrido y empezar a despertar el interés en los estudiantes. Los juegos, los documentales, los rompecabezas, etc, son ejercicios de práctica donde el estudiante pone a funcionar el cerebro pensando, analizando, buscando soluciones. Es ahí en la practica donde el estudiante aprende. El estudiante no aprende lo que le enseñas sino cuando este pone en práctica lo enseñado. Nosotros los maestros estámos para guiar y despertar la curiosidad de aprendizaje en el estudiante. Tenemos que dejar que el niño explore, arme, desarme comparta, participe, cree, etc, porque esto es lo que enseña. Podemos proponer métodos interesantes para discutir el conocimiento que los niños traen de sus casa. Dejar que el estudiante se exprese y aprenda haciendo, de esta forma nosotros mismos podemos aprender de ellos. Muchas veces no nos podemos dejar llevar de que porque somos los docentes lo sabemos todo, también hay mucho que podemos aprender de nuestros estudiantes.
ResponderEliminarUn buen ejemplo del autoaprendizaje es esta clase. El profesor nos da ciertas instrucciones y deja lo demás a nosotros para así poder explorar, crear, hacer. De esta manera despierta nuestro interés y como estamos creando y practicando nuevas cosas, aprendemos solos. Miramos y nos ponemos creativos. Se nos da una serie de herramientas y las usamos. La mejor manera de enseñar es dejar que el mismo estudiante aprenda.
Este articulo nos habla sobre como un Maestro y estudiante enseñan y aprenden tambien sobre como la enseñanza es una actividad realizada conjuntamente mediante la interacción de 4 elementos: uno o varios profesores o docentes o facilitadores, uno o varios alumnos o discentes, el objeto de conocimiento, y el entorno educativo o mundo educativo que pone en contacto a profesores y alumnos.
ResponderEliminarEste articulo nos habla de la transmicion de conocimientos entre maestro y estudiante. Las facilidades del hoy dia de aprender.
ResponderEliminarLa definición de enseñanza está en función de las teorías de aprendizaje, teorías instruccionales, modelos de enseñanza y de lo que se espera que el enseñante haga en el aula. Cuando se da la realidad fáctica de que la enseñanza y la escuela tradicional pasan a ser innecesarias (y como la escuela, el aula y el currículo tienen que seguir funcionando como dé lugar), habrá que inventárselas para asignar nuevas funciones, además de la función secular de transmisor, para justificar la presencia del docente, como las de guardián, portero, mentor, guía, facilitador, entrenador, filtrador, intermediario, modelador, compañero(a), próximo, amigo, etc. Estas nuevas funciones afectarán definitivamente al concepto de enseñanza.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con este articulo. Se debe cambiar la forma de enseñar y dejar que el estudiante exponga sus ideas y aporte a la clase. Es tiempo de dejar lo aburrido a un lado y comenzar a usar cosas interesantes que pongan el cerebro del estudiante a funcionar y a analizar ya que es así que el estudiante aprenderá. Nosotros como maestros debemos buscar la manera de despertar la curiosidad del estudiante.
ResponderEliminarTenemos que dejar que el niño investigue,comunique, comparta y entre muchas otras cosas ya que el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar. Se debe tener en cuenta que al final del día lo que nosotros enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden. En fin, no solo por ser maestro o docentes lo sabemos todo, también nuestros estudiantes nos pueden enseñar a nosotros.
El artículo nos habla de cómo en la actualidad las escuelas siguen enseñando al estudiante según lo expuesto por el profesor. Si cambiaramos la forma de educar en vez de imponer, dejar al estudiante que aporte entonces sería como dice el artículo igualdad de condiciones. (Ni enseño y aprendes tu, sería enseñamos y aprendemos. Por eso debemos dejar que los estudiantes de este nuevo siglo aporten en el aula escolar.
ResponderEliminarEste articulo nos habla de la transmicion de conocimientos entre maestro y estudiante. nos habla de como en la actualidad las escuelas siguen enseñando al estudiante segun expuesto por el profesor.Tenemos que dejar que el niño investigue,comunique, comparta y entre muchas otras cosas.
ResponderEliminarEl estudiante aprende cuando hace cosas, cuando el quiere aprender, El maestro tambien aprende del estudiante.
ResponderEliminarSi no quire no aprende pierde su tiempo.El estudiante aporta a la educacion, por lo tanto el maestro esta por su carrera majistral.
El articulo nos habla de como en la actualidad todavia el profesor no se actualiza. Nosotros como futuros maestros debemos entender que el estudiante tiene que aportar a su propia educacion ya sea investigando, escuchando, leyendo, buscando en la web y nosotros como maestros proveerles todas las herramientas actualizadas que ellos necesitan para que se desarrolen en las nuevas eras.
ResponderEliminarEl artículo nos dice que los estudiantes aprenden enseñando. De tal manera el maestro debe permitir que el estudiante investigue, aporte a la clase, busque en la web, etc. Nosotros como futuros maestros debemos actualizarnos para poder darle el conocimiento actual y que realmente va a necesitar.
ResponderEliminareste articulo nos habla sobre como nosotrso futuros maestros devemos permitir q el estudiante explore investigue y se relacione .que dejemos q el mismo aprenda por si mismo como nosotros devemos guiarlo y ser excelente modelos de seguir para ellos
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que el que no quiere aprender no aprende, por lo tanto la enseñanza nos es segura. Lo que discrepo totalmente es que no sea necesaria una persona que enseñe, docentes, padres, conocimiento formal e informal. Esto lo digo desde la simple postura de que no podría escribir ninguno de nosotros los comentario, leer el artículo, escribirlo, si no hubo un maestro que nos enseñara ha hacerlo, por tanto no podemos caer en la pedagogia del Olimpo. Me sumo que los docentes deben cambiar, ya que como premisa el mundo está en constante cambio y movimiento.
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