Llevamos
cien años intentando instaurar la Escuela Nueva y no se ha logrado desviar un
milímetro la ruta que trae la Escuela Tradicional, la escuela de las
lecciones magistrales y el PowePoint, la de las transmisiones de contenidos
educativos del administrador al docente y del docente al discente.
La
renuncia a las TT se complica más cuando estas tecnologías tienen un
ingrediente adictivo de poder y autoridad. No será fácil renunciar al placer
que siente el administrador cuando se dirige al claustro de la facultad desde
el pódium, así como el gozo que siente el docente en sus disertaciones ante una
audiencia cautiva y sorprendida.
No hay enseñanza ni metodología
sin tecnología
Cada
metodología tiene su tecnología y soporte tecnológico que la sustenta. El
método del discurso, la lección magistral, la presentación, la exposición, por
ejemplo, advienen gracias a las Tecnologías Transmisivas, y el método de
discusión y conversación se acrecienta gracias a las Tecnologías Dialógicas (redes
sociales, etc.). Al desechar una tecnología se está descartando una posible
metodología, y viceversa. Sin tecnología, pensada como como herramienta o como episteme (Heidegger), no hay metodología, ni enseñanza que valga.
La tecnología, apéndice o parte esencial de la enseñanza
En el discurso pedagógico cuando se hace referencia a la tecnología educativa siempre salen a flor de labio los términos de "apoyo", ayuda", "refuerzo" a la enseñanza, algo así como un apéndice bienvenido o un elemento de segundo orden del que se puede prescindir total o parcialmente. La tecnología es parte esencial, no un accidente, de la enseñaza. Urge revisar las definiciones de enseñanza.
No me guata contraponer tecnología y enseñanaza. El dicho de que "la tecnología no puede sustituir una buena clase, una buena enseñaza", o “el buen maestro es bueno con o sin tecnología”, sería agarrar al pitirre por las plumas, fácilmente nos quedamos sin la presa. Quien puede perder en este antagonismo es la enseñanza, la clase y el maestro; pues es la enseñanza la que tiene necesidad de la tecnología, no la tecnología de la enseñanza. El autoaprendizaje exitoso sin tutores (humanos) y los cursos sin enseñanza ponen entre paréntesis la necesidad de del maestro y de la enseñanza. La buena tecnología, por sí sola, no garantiza una buena enseñanza, ni hace bueno a un mal profesor; pero puede ser origen de un mejor aprendizaje y sacar de apuros a un mal estudiante.
El buen maestro y las TD
El maestro bueno sólo utiliza en la sala de clase las Tecnologías Dialógicas-Conversacionales primitivas (construcción e intercambio de conocimientos entre interlocutores presenciales) y, fuera de la sala de clase, las Nuevas Tecnologías Dialógicas virtuales (aprendizaje como fenómeno social y proceso dialéctico) y escasamente las Tecnologías Ttransmisivas. El maestro es bueno de verdad cuando se libera de las tecnolgías (medios, equipo, materiales y recursos) del centro educativo y suple la insuficiencia (Giner de los Ríos) de sus alumnos y les encamina a liberarse también de los medios, equipo, recursos y materiales del centro educativo. En pocas palabras, el buen maestro es bueno cuando se radica en la Educación de Mínimos, se empodera y empodera a sus estudiantes. El buen maestro, en el buen sentido de la palabra, si no tiene pizarra, tiza, lápiz y papel, se vale de arena u otro soporte gratuito; y si escasea la arena, usa “thinglink” o “wallwisher”, también son gratuitos y están disponibles en cualquier lugar. No es buen maestro aquel que justifica su fracaso y estancamiento por la ausencia e insuficiencia de tecnología (medios, recursos y materiales) en el centro educativo.
En el discurso pedagógico cuando se hace referencia a la tecnología educativa siempre salen a flor de labio los términos de "apoyo", ayuda", "refuerzo" a la enseñanza, algo así como un apéndice bienvenido o un elemento de segundo orden del que se puede prescindir total o parcialmente. La tecnología es parte esencial, no un accidente, de la enseñaza. Urge revisar las definiciones de enseñanza.
No me guata contraponer tecnología y enseñanaza. El dicho de que "la tecnología no puede sustituir una buena clase, una buena enseñaza", o “el buen maestro es bueno con o sin tecnología”, sería agarrar al pitirre por las plumas, fácilmente nos quedamos sin la presa. Quien puede perder en este antagonismo es la enseñanza, la clase y el maestro; pues es la enseñanza la que tiene necesidad de la tecnología, no la tecnología de la enseñanza. El autoaprendizaje exitoso sin tutores (humanos) y los cursos sin enseñanza ponen entre paréntesis la necesidad de del maestro y de la enseñanza. La buena tecnología, por sí sola, no garantiza una buena enseñanza, ni hace bueno a un mal profesor; pero puede ser origen de un mejor aprendizaje y sacar de apuros a un mal estudiante.
El buen maestro y las TD
El maestro bueno sólo utiliza en la sala de clase las Tecnologías Dialógicas-Conversacionales primitivas (construcción e intercambio de conocimientos entre interlocutores presenciales) y, fuera de la sala de clase, las Nuevas Tecnologías Dialógicas virtuales (aprendizaje como fenómeno social y proceso dialéctico) y escasamente las Tecnologías Ttransmisivas. El maestro es bueno de verdad cuando se libera de las tecnolgías (medios, equipo, materiales y recursos) del centro educativo y suple la insuficiencia (Giner de los Ríos) de sus alumnos y les encamina a liberarse también de los medios, equipo, recursos y materiales del centro educativo. En pocas palabras, el buen maestro es bueno cuando se radica en la Educación de Mínimos, se empodera y empodera a sus estudiantes. El buen maestro, en el buen sentido de la palabra, si no tiene pizarra, tiza, lápiz y papel, se vale de arena u otro soporte gratuito; y si escasea la arena, usa “thinglink” o “wallwisher”, también son gratuitos y están disponibles en cualquier lugar. No es buen maestro aquel que justifica su fracaso y estancamiento por la ausencia e insuficiencia de tecnología (medios, recursos y materiales) en el centro educativo.
Tecnologías para pensar
“Cuando escucho ... entiendo, cuando veo ...
comprendo.
Cuando hago ... aprendo” (María Montesori)
Las
tecnologías no piensan, ayudan a pensar y son el resultado del pensamiento. Ayudan al buen aprendiz a ser mejor, y al buen maestro a ser todavía mejor. Cada
tecnología pensada como herramienta tiene su función, como la tienen las distintas
herramientas del constructor de edificaciones. Las Tecnologías Transmisivas
(TT) no son muy apropiadas para el desarrollo mental.. Para
desarrollar la mente hay que apostar por aquellas tecnologías, viejas o nuevas,
que potencian el razonamiento, el cuestionamiento y el discernimiento. Prefiero
la Tortuga Logo al AutoShapes de los procesadores de
palabras, los dedos de la mano al AutoSum de Excel. También prefiero el
vídeo desarrollado en papel o en MoviMaker
al vídeo creado con la cámara digital o Webcam.
Las
tecnologías que menos aportan al desarrollo mental son las Tecnologías Transmisivas
(TT). El fuerte de las TT está en la mensajería, en el anuncio de la buena
nueva, en la expresión verbal de la idea, en la encarnación del verbo. No
podemos decir lo mismo del rol de las tecnologías dialógicas (TD) y
conversacionales en el incremento del razonamiento lógico y crítico. La
interacción dialógica y sensual con “lo otro” (objetos, texto, y yo como objeto)
y con “el otro” (colegas, expertos) es crítica para el progreso mental. El
avalúo estudiantil que hace Platón de su metodología dialógica-conversacional es
revelador: “todos los que frecuentan mi Akademia progresan mucho, según opinan
ellos y también los demás. Es evidente que eso no lo aprenden nunca de mi, sino que ellos descubren y engendran por sí mismos muchas y bellas cosas” (Teeteto, 149ª-150d).
En
palabras de la cultura digital, diríamos que tanto en la construcción de Objetos de Aprendizaje Mentales (OAM) como de Objetos de Aprendizaje Extra-mentales
(OAEM) tienen pertenencia prioritaria,
por no decir exclusiva, las Tecnologías y herramientas Dialógicas,
Interactivas, colaborativas y participativas; mientras que en la expresión, distribución y compartición de
los OAM y OAEM intervienen ambos tipos de Tecnologías, las TT y TD.
Ya que
las TT favorecen más al que transmite que al que recibe, pongamos al estudiante
a transmitir.
Ir a De las TT a las TD (II) y De las TT a las TD (III)
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