La escuela para el siglo 21

¿Mi escuela, es del siglo 21 o del siglo 18?
Si maestro y estudiantes permanecen encadenados a la fisicidad de la escuela (soportes tangibles, biblioteca física, sala de clase, pizarras, PDI, escritorio, pupitres, impresoras, proyector, tabletas, PCs…) para el contenido noético, estaremos más cerca de la “escuela dmedieval computadorizada” que  de la cacareada “Escuela para el siglo 21”.


La escuela monacal computadorizada
  
El Gobierno de Puerto Rico ha iniciado la construcción de las “Escuelas para el siglo 21” con una inversión de $756 millones para 78 escuelas, una en cada municipio. Si analizamos los componentes de dicha escuela,  (infraestructuras, programas, medios y equipos) descubrimos que la llamada “Escuela para el siglo 21”, no hay quien lo despinte,  no ha trascendido la “era PC” del 90, ni el paradigma de la pizarra y de los pupitres del siglo 18.

La llamada Escuela para el siglo 21 = Escuela monacal computadorizada

TIC/TAC
     Quiero iniciar este apartado con un comentario de Francisco: "todos vivimos el mismo problema, los cursos TIC, son abundantes , los terminan pocos y los utilizan menos, pero DEBEMOS ESTAR SIEMPRE EN PRIMERA LINEACON NUESTRA IDEA, modernizar las herramientas en el aula de clase y aplicarlas , la tiza buena es buena y la pizarra mejor. Exploremos esta idea TIC-TAC, Tecnologias del Aprrendizaje y el Comocimiento".
     Ni las TIC ni las TAC, medios latosos y necesarios nos van a sacar de este enredo, mientras no saquemos a las TIC/TAC de la sala de clase. La Pizarra y la Tiza dejaron de ser buenas para el aprendizaje y el conocimiento el día que perdieron su portabilidad, allá por el 45, fueron arrebatadas al estudiante y las sustituyeron por la mono-pizarra colectiva (incluyendo la PDI), clavada a la pared. Pero entre la pizarra verde y la PDI, me quedo con la primera.
     El cantar es otro fuera de la sala de clase. Gracias a la tecnología móvil, la buena pizarra (muro virtual) y la buena tiza (llema de los dedos) han vuelto a ser reconquistadas por el estudiante, botín del conocimiento robado a los "dioses". Sólo falta que el maestro, en su afán por el aprendizaje y el conocimiento de sus estudiantes, sustituya las pizarras claveteadas por las pizarras portátiles, bajo control y propiedad del estudiante,


La escuela para el siglo 21

 
     La Escuela para el siglo XXI no la configuran el espacio físico imponente, los medios y equipo educativo costosos (PCs, laptops, tabletas, proyectores, impresoras, fotocopiadoras, PDIs).  La escuela para el siglo 21 la conforman el maestro y sus estudiantes apoderados con equipo liviano, barato, móvil y transportable,  y “habituados” (de hábitat) al espacio virtual libre y abierto. El maestro es la escuela.

     Es necesario sacar del salón (no de la clase) el contenido curricular no básico para dejar espacio al contenido óntico y las destrezas para la vida (formar a los niños en los valores que les preparen para la vida y les hagan más personas). Y con el contenido curricular, se van de la sala de clase, lógicamente, el equipo (las PC, los pupitres, las tabletas, los smartphones, las pdi) y los programas que acompañan a dicho equipo. La Escuela del siglo 21 no necesita ninguno de ese equipo millonario para formar al ser humano.  La Desescolarización y el advenimiento de las TIC (éstas trabajan mejor fuera que dentro del salón)  han simplificado la tarea académica a tal extremo que muy bien podríamos Cerrar las escuelas sin afectar el contenido curricular clásico. Ya existe un sistema más eficiente y económico para impartir información y construir conocimiento; pero las administraciones de los países en desarrollo insisten a toda costa en hacer inversiones millonarias para tratar el contenido curricular, rayando con la inmoralidad.

“Si la escuela es el lugar que convoca a los niños y adolescentes para instruirles y darles datos sobre distintas materias, es probable que en el año 2000 se haya encontrado un sistema más eficiente y económico”, dijo André Malraux, Ministro de Cultura del gobierno de De Gaulle (Francia), a finales del 60.

La escuela para el siglo 21 debe estar diseñada de tal forma que satisfaga las necesidades de los dos contenidos: el óntico y el curricular, y los dos espacios: el físico y el virtual.

• Contenido curricular fuera de la escuela. Momento de la interactividad virtual. Asegurar que estudiante y maestro estén equipados más allá de la escuela, que el maestro distribuya y comparta materiales en la Nube (estoy pensando en Redes Sociales), y que el estudiante construya y comparta conocimiento, también en la Nube, en otros espacios y otros tiempos no escolares. Equipar al estudiante, no al salón, sería nuestro lema, muy opuesto al de los políticos y mercaderes del equipo educativo. En este renglón es que reside la costoefectividad educativa a la que se refería el literato Malraux. Pues, aparte de que el costo del equipo móvil es mínimo  (comparado con la friolera millonaria, inmoral e injusta, asignada por los políticos), la mayoría de los estudiantes y maestros ya vienen a nuestras aulas aprovisionados con dicho equipo. Con esto queremos decir que, independiente de que haya o no en tu municipio una  "Escuela para el siglo 21", y sólo una, tal como ha sido concebida por los políticos y la administración educativa, el maestro puede convertir su escuela medieval computadorizada en una Escuela para el siglo 21, sin pedir permiso a nadie.

Enseñanza-aprendizaje lúdicos

• Contenido óntico (el estudiante como contenido) en la sala de clase. Momento de las destrezas básicas (retorno al Trivium), de las destrezas para la vida, de la relación y interacción psicosomática. El equipo de la sala de clase será mínimo, el tradicional (mesas, tiza, pizarra, lápiz y papel) y si los pupitres entorpecen, se arrinconarán a un lado.  Se eliminará la interacción virtual y se enriquecerá la interactividad psicosomática. Énfasis en la enseñanza lúdica y polifónica (retorno al paradigma taíno), en los recursos naturales y en la relación y comunicación interpesonales presenciales, no virtuales.   Competencias para trabajar con la dimensión óntica del ser humano, con el Ser, el Querer, el Hacer y el Convivir (retorno a la educación en virtudes clásica). Entiendo el malestar del político cuando descubre que los estudiantes interaccionan con las paredes y se sientan en el piso; lo interpretan como una afrenta a su inversión millonaria en PDIs y mesas con PCs.

Qué hacer para que mi escuela sea del siglo 21 sin costos adicionales

No es complicado transformar cualquier Centro educativo en una "Escuela para el siglo 21" a un costo ridículo, comparado con el presupuesto de los políticos y administradores. No se requiere mucho conocimiento ni mucho $. Eso sí, se necesita mucha voluntad. Sólo el maestro, y nadie más que el maestro, puede transformar su Centro educativo en una "Escuela para el siglo 21", si quiere.

1. Aterriza en el espacio físico y desconéctate del espacio virtual.
2. Recupera el equipo tradicional (tiza, pizarra...) que no entorpezca con las manualidades, la adquisición de destrezas básicas y destrezas para la vida.
3. Echa a un lado de la sala de clase aquel equipo que obstaculice cualquier tipo de actividad interactiva psicosomática (PCs, PDI...). "Tira al medio" de la sala al grupo completo para jugar, dramatizar, construir, ejecutar roles, componer, diseñar, discernir (discernimiento moral), etc. Trabaja con el estudiante como contenido.
4. "Echa fuera" de la sala (en las redes sociales o en las páginas web) todo o la mayor parte del contenido curricular (Contenido noético). Actividades de lectura, ejercicios de práctica, actividades de aplicación, actividades de discusión y actividades de avalúo. Publícalo con el formato estándar y con el de "smartphones"; la mayoría de los sitios web proveen para ambos formatos.
5. Exige a los estudiantes que publiquen y compartan todas las asignaciones y trabajos intelectuales en la red social o comunidad de aprendizaje de la clase.
6. Habla con los padres de aquellos estudiantes que a estas alturas carecen en casa de acceso a internet y del equipo básico (smartphone o laptop). Motívalos, entusiásmalos, hasta que comprendan que es preferible adquirir estos medios y este equipo antes que comprar libros, libretas y cartulinas.

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