Por qué fracasan las TIC en la clase

...Porque no son para la sala de clase, y el maestro no está dispuesto a usarlas fuera del aula
Porque  el aula fue diseñada para conversaciones
presenciales, no virtualesas.

Todavía las TIC de  Pere Marqués huelen a salón y a PDI

Como fracasarían en cualquier empresa, si los usuarios tuvieran que asistir a los despachos de dicha empresa para llevar a cabo las interacciones y transacciones virtuales.
El título es mal-intecionado, pues sé que la mayoría va a leer "en la sala de clase", embrollando tiempos y espacios. Las TIC trabajan mejor y son más eficientes fuera que dentro de la sala de clase. Si el maestro no usa las TIC fuera de la clase es por una razón simple, muy distinta a la falta de conocimiento que siempre sale a relucir en los estudios de pacotilla; es porque el sistema educativo no reconoce, no sustituye, no permuta, no paga el tiempo escolar utilizado por el maestro en espacios extramuros y extraescolares.

Me tomé la molestia en preguntar a los primeros 6 profesores que encontré en la acera, camino al salón de clase, “qué entiende por TIC". Todos reaccionaron con el típico ¿"Qué es eso"?  Dicho resultado coincide con la Pre-prueba que suministro a estudiantes maestros, recién graduados de B.A. Esto confirma, una y otra vez, que la mayoría de los docentes, tanto en la educación formal como en la educación continua, no se han topado con esa palabra mágica (TIC) que pone en jaque el futuro de la profesión magisterial.      No pudieron dar cuenta del término TIC, pero estoy seguro que si les hubiera preguntado por las herramientas, medios, equipo y soportes que están usando para enseñar, todos me darían una respuesta muy similar: la voz, lápiz, papel, tiza, marcador, puntero,  pizarra, PDI, proyector, cartulina, laptop… Pues no hay forma de enseñar sin echar mano a algún tipo de Tecnología para Informar  y Comunicar  contenido. No serán estrictamente  las TIC, pero pertenecen a la misma categoría y jerga que las TIC, a la categoría de medios y herramientas para enseñar y aprender. Cuando se quiere implantar en la clase algo que se desconoce, se saca fuera de proporción el asunto y se tiende percibirlo como algo extraño al entorno, exótico y difícil de adaptar. La palabra “clase” no implica “salón de clase”.      La pregunta clave sería: ¿Qué tecnología usa el docente de la segunda década del 2000 para construir, informar, comunicar o transmitir y compartir conocimiento? ¿Qué tecnología usa el discente de la segunda década del 2000 para construir, comunicar y compartir conocimiento? Esa misma pregunta se la podemos hacer a cualquier profesional o no profesional: ¿Qué tecnología usa el agricultor de la segunda década del 2000 para la labranza? Dependiendo el tipo de tecnología que utilicen unos y otros, vieja (tradicional) o nueva (las TIC), el resultado será distinto.      Si el agricultor fue capaz de adaptarse a las Nuevas Tecnologías, dejando atrás los bueyes, ¿Por qué el docente sigue arando con los mismos bueyes?  El problema del uso de las TIC en la academia, por ser un problema ingenuo y simple, es un problema volitivo, más que cognoscitivo, cuya solución habría que buscarla, si no queremos perdernos en discursos estériles, en el ámbito de la voluntad, del querer y de la actitud, y no en el ámbito del conocimiento y adiestramiento.

     El fracaso en el uso de las Nuevas Tecnologías (TIC) en las actividades de la clase, lo atribuyo a cuatro factores: 

1. Ignorancia de su existencia.
2. Falta de compromiso con la docencia, y dependencia en los adiestramientos para la alfabetización digital.
3. Delegar en la administración escolar su aplicación y, el más importante, 
4. Confinar su uso a la sala de clase.

1. No saber que existen nuevas tecnologías

El profesional de la docencia sabe y está consciente de que las tecnologías (herramientas, medios y equipo para construir y transmitir conocimiento) con las que ejerce su profesión evolucionan periódicamente. Tal vez no sepa cuáles son las últimas tecnologías. Y si las desconoce es por falta de compromiso y responsabilidad con la profesión. Cuando el agricultor no usa el regadío electrónico por goteo es porque ignora que existe esa tecnología.

Las Tecnologías para Informar y Comunicar siempre han existido; antes de la era Web estaban disgregadas entre los sectores de Informática, Información y Comunicación, ahora están integradas, lo que hace la diferencia como para llamarlas TIC. Dichas tecnologías, divergentes (caras, casi inaccesibles y bajo control administrativo) o onvergentes (gratuitas, accesibles y bajo control del docente/discente), afectan y forman parte esencial de las funciones del docente. Sería imposible que el docente de antes como el de ahora ejerciera su profesión sin Comunicar y transmitir Información sin ningún tipo de Tecnología.      En una de las redes por las que paseo de vez en cuando me encontré con esta discusión “Lo que debe saber un profesor para utilizar las TICs en sus actividades docentes”. Realmente no es mucho lo que debe saber el docente para implantar las TIC en la clase. Lo mínimo que necesita sería saber que existen las TIC, es decir, identificar aquellas tecnologías que son esenciales para el ejercicio de su profesión, aproximadamente 3 o 4 tecnologías por cada una de las siguientes categorías: Tecnologías transmisivas, Tecnologías interactivas, Tecnologías participativas, Tecnologías compartitivas y Tecnologías conectivistas. Sino, aquí tienes 100 herramientas web + 150 con otro tipo de clasificación.

       Veamos las posibles opciones que tiene el docente de cara a las nuevas tecnologías y tecnologías emergentes.:

1. Saber que existen y poder identificarlas  (nivel bajo de conocimiento). El estudiante utiliza aquellas herramientas que el docente le indica.
2. Utilizarlas él y sus estudiantes fuera del aula, cada cual en su campo y las de su campo. 
3. No utilizarlas él, pero sí sus estudiantes.  Realmente quien debe utilizarlas es el estudiante, el constructor de conocimiento. 
4. No utilizarlas, ni él ni sus estudiantes.

• La primera y tercera opción son imperativas. En la tercera opción, el docente permanecería estático, con sus viejas tecnologías; pero tiene de positivo algo que me gusta, y es la focalización del uso de las TIC hacia el estudiante, no necesariamente hacia el docente. No hay problema con que el docente siga con sus apuntes viejos, con sus viejas herramientas y soportes, siempre y cuando promueva y asigne entre sus estudiantes (esto es lo más importante) el uso de las tecnologías emergentes para aprender. La tarea docente consiste en visualizar el acabado de la "obra" y los instrumentos requeridos para llevar a cabo la obra. Lo que no es justo es obligar a sus estudiantes a usar los viejos soportes, medios y herramientas que él maneja para enseñar; máxime cuando existe evidencia de que dichos soportes, medios y herramientas el estudiante no lo está utilizando en su hábitat ni las va a utilizar en su vida laboral postescolar. 
• La segunda opción, utilizar las nuevas tecnologías en la clase (no en el aula), bien sería, pero no es necesario. Se han exagerado, diría que se ha montado toda una industria y parafernalia alrededor del adiestramiento digital, las funciones y las competencias digitales de los docentes.  Todavía las TIC de  Pere Marqués huelen a salón y a Pizarra Digital. Se exagera la instrumentalización y el equipo en la sala de clase, se piensan las tecnologías como herramientas y no como conocimiento, lo que nos ha llevado a una situación en la que tenemos docentes y discentes haciendo lo mismo con las mismas herramientas; o lo que es peor, enseñando los segundos a colocar ladrillos a los primeros. La función primordial del docente es intelegir (techne epistémica = tecnología pensada como razonamiento) y la del discente producir (techne poiésica = tecnología pensada como herramientas). Ver Tecnologías para el apoderamiento.

Las tecnologías pensadas como pensamiento racional o razonamiento lógico envuelven la metodología y la identifcacición de soportes y herramientas con las que hay que edificar la “obra”.  El maestro muy bien puede utilizar un soporte tangible (pizarra) y herramientas tradicionales (tiza) para asignar a sus estudiantes una tarea que conlleve el uso de soportes intangibles (WebOS) y equipo/herramientas emergentes, por ejemplo, el Portafolio electrónico multimedia.

• La cuarta opción sería bochornosa.

     La dinámica de algunas de las redes sociales magisteriales a las que pertenezco se traslada a la era apoteósica de Gutenberg y a la era de la PC. Disfruto un millón cada vez que me transporto 20 años atrás. Siento el traqueteo de las bandejas de la impresora, el roce de los papeles y el ruido seco de la grapadora. Pobres estudiantes.

2. Ausencia de compromiso del docente con su profesión

El “no saber” qué son y cuáles son las TIC es una secuela de la falta de compromiso y responsabilidad profesional. El compromiso puede ser total (compromiso con el uso de las tecnologías emergentes por parte suya y de los estudiantes) o parcial (compromiso para que sus estudiantes usen las tecnologías emergentes). La reserva de energía mental que se ahorró en saber sobre las TIC y conocer la existencia de algunas herramientas web, se va a necesitar ahora para potenciar la fuerza de voluntad, el querer aprender, lo mismo que exigimos al estudiante. El problema nuclear del magisterio es la actitud y las ganas. Todo lo demás es puro juego de palabras.

     En la era de la maquinilla de escribir, de la pizarra, el proyector y de la PC, cuando materiales, equipo y recursos costaban $$, se esperaba que fuera la administración escolar quien los supliera. Pero en la era de Poros y de la gratuidad epistémica, se ha trascendido dicha dependencia (nos hemos liberado) y la responsabilidad por la transmisión de los materiales y recursos educativos ha recaído 100% en el docente. Lo mismo podemos decir de la liberación del discente en lo que respecta a la construcción y transmisión gratuita de las asignaciones.

     El docente est;a moral y profesionalmente obligado a utilizar las tecnologías vigentes y emergentes fuera del aula para comunicar, informar y transmitir el contenido de cada clase; es decir, aquellas tecnologías (medios, herramientas y equipo) que utilizan sus estudiantes y que tienen bajo su control 24 horas al día. 
     El discente está igualmente obligado a utilizar las nuevas tecnologías, vigentes y emergentes, para construir, transmitir y compartir sus trabajos intelectuales fuera del aula. El estudiante, con gran capacidad de adaptación, usa en la construcción de su conocimiento aquellos soportes, herramientas, medios y programas que el docente le indique.

3. Condicionar el uso de las Nuevas Tecnologías al adiestramiento formal

Conviene aclarar que el enfoque de la mayoría de los adiestramientos para el docente está orientado a la instrumentalización y a las Tecnologías pensadas como herramientas. Se visualiza al docente como productor y creador de objetos de aprendizaje, esto es, como estudiante. La función esencial del maestro, más que la de productor/creador/albañil/estudiante es la de ingeniero/arquitecto/maestro de obra. Se trata de una ingeniería educativa, y no de una albañilería/carpentería estudiantil. 
     Por otra parte, si existe compromiso total, la necesidad de adiestramiento formal o formación se reduce a cero, dada la abundancia de tutoriales y forma intuitiva en el manejo de las TIC/TAC/TEP. La fase de la educación formal ya pasó. La propuesta del Dr. Pere Marqués (Los docentes: funciones, roles, competencias necesarias, formación), cargada hacia la instrumentalización (muy completa por cierto, no le falta nada), aplica más bien al aspirante a la docencia, no al docente activo. Si el docente no pasó por ese proceso como aspirante, ahora es el momento del aprendizaje en servicio, de por vida, “limpiando”, actualizando, renovando sus herramientas, auto-formándose, con o sin talleres, con o sin seminarios, con o sin adiestramientos. Al docente activo que le cayó encima el chaparrón de las TIC/TAC/TEP, está obligado moral y profesionalmente a equiparse con nuevas herramientas para ejercer su trabajo. Existen cientos de recursos y medios gratuitos para que el docente se ponga al día en el uso de nuevas herramientas y programas para enseñar y aprender.

4. Condicionar el uso de las Nuevas Tecnologías a la sala de clase

Los estudios sobre el uso de las TIC en la edcuación durante los últimos diez años están enfocados en la instrumentalización y en la conexión del aula (Ver "Aprender y enseñar con las TIC" de César Coll). Sería un milagro que no fracasaran, como sería un milagro que los peces sobrevivieran fuera del agua. El ambiente de las TIC no es el aula.

       Lo que proponemos es algo más sencillo: "Desconectar y desinstrumentalizar las aulas".  Las TIC nacieron para ser ubicuas y atemporales, para usarse en cualquier lugar, menos en la sala de clase, y a cualquier hora, menos en el período de la clase. El uso de las TIC en la sala de clase desvirtúa el aula en la medida que lo virtualizan. A medida que los maestros empiecen a usarlas fuera del recinto escolar, y a comparar su eficiencia en ambos espacios, tanto dentro como fuera de la sala de clase,  se irán dando cuenta de este principio. Me temo que la negativa a usarlas fuera del período escolar sea por razones que no vienen al caso.
        Esta fue una de las últimas anécdotas en la clase de ética, donde integramos los smartphones. Como sólo un estudiante carecía de smartphone, y conociendo que el Centro educativo poseía un acopio de 40 iphones, producto de una propuesta Título V, hago el intento para que presten uno de ellos a dicho estudiante con el propósito de que lo utilizara durante el semestre en cualquier otro lugar, menos en el aula; la negativa fue escueta. "Si la cosa es así, no se necesita; en el aula interaccionamos cara a cara, no virtualmente", le dije. La gestión del conocimiento en los centros educativos (¡qué mucho conocimiento hay sin administrar!) se resuelve el día que el estudiante y el claustro de la facultad se apropien del equipo y de los medios. Estamos ya a punto de esta apropiación y empoderamiento.

5. Dejar en manos de la administración escolar la implantación de las TIC/TAC/TEP

La administración escolar sólo implanta aquellas tecnologías que le benefician directamente a ella. La función de la administración es administrar la enseñanza y cobrar por la enseñanza, no enseñar.

     La administración, adelantándose al magisterio, ha resuelto el uso de las TIC en sus tareas administrativas: registro de notas, programa y pago de matrícula, retención, programas virtuales… El docente, con mucha o poca "sapientia", incluyendo al que nunca en su vida había tocado un teclado y un ratón, utiliza las TIC/TAC de la administración por conveniencia. Cuando la administración mira hacia la academia, resuelve el asunto de las TIC/TAC/TEP de una manera simplista y espectacular, con la instrumentalización, a billetazo limpio, llenando los salones de PC, PDI, proyector, impresoras y fotocopiadoras, sin considerar la riqueza del conocimiento disperso, el hábito (habitudo) de enseñanza y las necesidades del docente y de los estudiantes. Por ejemplo, en las clases que integro las TIC/TAC/TEP están demás, tanto en el salón como en escuela, las PC, la PDI, el proyector, las impresoras, fotocopiadoras e Internet. 
     La guerra sin tregua entre metodología y tecnología en el escenario educativo es un entretenimiento parecido al de los niños cuando juegan a "esto es mío". La metodología podrá pedir cuentas a las tecnologías pensadas como herramientas e instrumentos; pero no a las tecnologías pensadas como conocimiento, de la cual ella es parte.

Este vídeo me recuerda el caso de la socialización de la raza gitana cuando plantaron a sus familias en apartamentos multipisos sin tener en cuenta su hábitat (habitudo); terminaron cocinando con leña, pero ahora utilizarían la madera de puertas y ventanas, incluyendo los marcos.

Conclusión. El experimento Eran 70 los docentes que se sometieron voluntariamente a integrar las TIC en las actividades de aprendizaje y en las actividades de enseñanza. La habilidad de los sujetos para manejar programas y herramientas basados en la PC oscilaba entre Nada (10%), Poco (75%), Mucho.(15%)  Mientras que la habilidad para manejar programas y herramientas basados en Web, el 99% nunca había trabajado con dichos programas y herramientas. Luego de conocer las reglas de juego, el 60% abandonó el proyecto en las primeras fases, es decir, no hizo nada o casi nada. Estas reglas consistían en: El desarrollo de dos lecciones de un curso determinado (se esperaba que en el próximo término académico finalizara el resto de las lecciones), El auto-adiestramiento. En el Tutorial TEA, publicado en línea, se especificaba el diseño de una lección: lo que había que hacer y cómo hacerlo (se partía del supuesto de que el docente tiene los quilates suficientes para enfrentarse al auto-aprendizaje), La atención individualizada en caso de dudas y preguntas.   La atención individualizada fue mínima. Sólo un 10% del residuo finalizó el proyecto con éxito, integrando las TIC tanto para enseñar como para aprender. Así fue como nació en extramuros Saberes.net. El resto, prefirió integrar las TIC en las actividades de aprendizaje de los estudiantes, no en las actividades de enseñanza del docente. Se aceptó esta opción por lo que tenía de novedosa y porque menos es nada.

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