Herramientas injustas

Esta entrada debería ser una semblanza para los que proponemos "Equipar al estudiante y no al salón". Pero ante la injusticia de proveer equipo al estudiante a cualquier precio, me he visto obligado a denunciar la forma de cómo se equipa al estudiante.



La tecnología pensada como herramienta, igual que las plantas de coca, marihuana, caña y piña carecen de la propiedad de justas o injustas; son amorales, neutrales. Lo que no es neutral es la empresa Indipads. Ninguna empresa regala dinero. Perversos aquellos que alteran, mercadean y consumen sin control sustancias adictivas, elaboradas con plantas divinas y benévolas; inmorales aquellos que, con camuflaje pedagógico, utilizan la tecnología para enriquecerse a costa de la benevolencia e ingenuidad (¿inocencia?) de administradores, políticos y educadores.

En el municipio de Guayama (Puerto Rico) se violaron varios principios del comercio justo, entre ellos la explotación de la educación infantil. Se paga la frilolera de más de $2.000.000 en servicio por el regalo de 10.000 tabletas Indipads, de calidad cuestionable y cuyo costo en el mercado libre oscila alrededor de $800.000 (entre $80  y $85.00 por tableta).  La empresa LGS  ganó "limpio" (?) más de un millón de dólares. Los empresarios justifican esta ganancia por los programas y las aplicaciones gratuitas que incluyeron en las tabletas, no por el equipo donado. A raiz de este éxito empresarial en Puerto Rico, la empresa tiene planes de estender sus tentáculos a la América latina. Ya en el artículo sobre el mito de las escuelas para el siglo XXI, advertimos cómo el empresarismo trataría colocar en el tercer mundo el equipo educativo obsoleto en el primer mundo.

• Es injusta regalar la entrada y cobrar el triple a la salida.
• Es injusto cobrar por algo que se puede crear fácilmente y obtener gratuitamente en el mercado, como los apps y el software de las tabletas.
• Es injusto mercadear un producto a un precio 3 veces mayor del establecido en el mercado.
• Es injusto despilfarrar el valor educativo de las tabletas. Se sabía de antemano que el propósito educativo del equipo era inaplicable e incumplible, tanto en la sala de clase (el magisterio no necesita conexión para hacer lo que tiene que hacer en el aula, ni está en la onda de utilizar en la clase algo que distrae y entretiene) como fuera de la sala de clase (no hay estructura, ni voluntad, ni interés por parte del magisterio integrar dicho equipo en la enseñanza fuera de la escuela, equivaldría a trabajar sin interrupción). El maestro omnipresente, que trabaje sin interrupción despues de las 6 hras. institucionales ya no esixte, ni en los cursos presenciales, ni en los cursos online (con costo o sin costo), los cuales no han trascendido el modelo colgador. 
• Es injusto asociar la escuela en Internet con internet en la escuela ("Escuela para el siglo XXI" con conexión a internet y nueva tecnología en la sala de clase).
• Es injusto instalar la PDI en la sala de clase para luego usarla cotidianamente como tabula rasa. Esta conducta me recuerda aquella otra de la raza gitana cuando, en un intento de integración a la vida de condómines, continuó utilizando marcos, puertas y ventanas del apartamento como leña para cocinar (Echa un vistazo a "Que no la cambio, que no!). 

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