De los contenidos educativos digitales al contenido estudiantil digital

Es necesario poner  la esperanza en el discente que procesa, produce y transmite, emisor de contenidos, y no en el desarrollador de contenidos educativos digitales orientados al estudiante como receptor de contenidos.

IPO (Input-Process-Ouput).

 El modelo IPO aristotélico/computacional parte del supuesto de que la efectividad de la O está en función de la riqueza polimórfica e hipermedial de la I. No se escatima la inversión en el Input  y en la transmisión de contenido: Coordinadores de la unidad, Diseñadores instruccionales, Diseñadores gráficos, Programadores, Expertos/Especialistas en contenido. Se trata de un retorno craso al modelo emisor-receptor y a los tutoriales de la década del 80-90 desarrollados con “herramientas-programas de autor” que corrían en las plataformas Ms-DOS, Windows y Macintosh: CourseBuilder, HyperCard, SuperCard, LinkWay,  HyperStudio, Authorware… Grato recuerdo.

Todo para presentar una realidad artificial, tridimensional, multi o hypermedial (“sombras nada más”) que dista mucho de la realidad y ecología natural, de la naturaleza en todo su explendor; naturaleza  y ecología escamoteadas a los discentes condenados a la “caverna del salón”.

¿Qué otro sentido tiene invertir en el I que no sea el de favorecer a los desarrolladores oficiales del contenido? El discente, en su intento de procesar datos internos/externos y de construir y emitir conocimiento (entiéndase contenidos digitales y no digitales) no puede ni debe competir con los constructores (diseñadores, programadores y expertos) de objetos de aprendizaje.

Interioridad del aprendizaje

In interiore homine habitat veritas. San Agustín

Los niños se desarrollan de adentro a fuera. Johan H. Pestalozzi

Uno aprende solo (todo aprendizaje es tiempo de clausura –Rilke), de otros y con otros (todo aprendizaje es tiempo de apertura). Platón tenía en parte razón cuando nos advertía que la I no necesariamente tiene mucho que ver con la P y la O, que las grandes innovaciones emergen del interior, de adentro hacia afuera.

Volvemos a lo mismo. Aprende el que quiere aprender (con o sin enseñanza, con o sin contenidos educativos digitales) y el que se someta a los estímulos externos del emisor (paradigma conductista). Precisamente las TIC participan en alguna medida en el juego de la motivación externa.

Aquel que quiere aprender aprende como sea, se las arregla con lo mínimo. Busca lo más sencillo, escueto  y sin oropeles; va tras las ideas claras y distintas, como dos y dos son cuatro, a lo Descartes.  O busca a alguien que vaya al grano y salte la chispa que prende el mecanismo de la P.

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