Las Redes Sociales desencadenan muchos dolores de cabeza, pero también satisfacciones. Que vayan las verdes por las maduras. Definitivamente la felicidad es provocada por los lazos que unen a los seres de carne y hueso, más que por los contactos con espíritus y extraterrestres. Si todo va como lo pintan, podríamos decir lo mismo de los contactos en las Redes Sociales que parpadean en el Ciberespacio.
Redes Sociales, Religión y Felicidad
Los vínculos de amistad que se tejen en las congregaciones mejoran la vida de los fieles.
Día 08/12/2010 - 04.44h
No es la fe, ni la espiritualidad. Ni tampoco el calor de las iglesias o el recogimiento del rezo. El ingrediente secreto de la religión, lo que la convierte en el mejor tratamiento antidepresivo, es la amistad. Los vínculos tejidos en las congregaciones, sean del signo que sean, son los que favorecen las ganas de vivir entre los fieles. Esta es la respuesta de un trabajo estadounidense que ha profundizado en una relación ya conocida, la que existe entre la religiosidad y la satisfacción por la vida.
El estudio «Religión, Redes Sociales y Satisfacción» utilizó información de otro estudio previo sobre el poder de la fe que se realizó entre 2006 y 2007 con una muestra representativa de diferentes religiones de adultos norteamericanos. Las conclusiones serían válidas para los cristianos (católicos, evangélicos y protestantes) y también para, judíos y mormones, dicen los autores. No se pudieron extraer los mismos paralelismos en la religión musulmana ni budista, porque la muestra no era representativa.
Los más satisfechos
La nueva investigación que han realizado sociólogos de la Universidad de Harvard y de Wisconsin encontraron que el 33 por ciento de las personas que acudía a servicios religiosos cada semana y tenía entre tres y cinco amigos en la congregación manifestaban sentirse «extremadamente satisfechos» con sus vidas. Ese sentimiento de felicidad no era el mismo cuando en la congregación no se tenía ningún vínculo de amistad. De hecho solo el 19 por ciento de los que cada semana acudían a misa declararon sentirse «extremadamente satisfechos». En realidad, no importaba la periodicidad con la que se acudía a la iglesia sino el grado de amistad de la congregación. «La evidencia nos dice que acudir a la iglesia, rezar o escuchar sermones no hace a las personas más felices, pero hacer amigos relacionados con la religión construye redes sociales muy íntimas», explica el sociólogo Chaeyoon Lim, coordinador del estudio. El trabajo se ha publicado en la revista «American Sociological Review».
Las religiones consiguen que las personas se sientan unidas a una comunidad a través de la fe. «Este es un concepto muy abstracto e intangible que logra materializarse cuando se cuenta con un círculo de amigos con los mismos valores e identidad», dice Lim.
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