Islas o Nodos

El conocimiento que no se comparte, se pierde

¿Mi escuela y mis clases son Islas privadas o Nodos? ¿Están encerradas en si mismas, resguardadas del peligro exteno o están abiertas al mundo?

Queremos, deseamos, a veces exigimos, programas abiertos, herramientas para todos, libres de costo; pero clausuramos el conocimiento construido con ellas. Los LMS (Learning Management System) con o sin Redes Sociales, entiéndase los LMS anterirores a la Web 2.0 (Bb, Moodle...) y los posteriores (Schoology, Think Quest, Edu20, Operación Éxito...) se han encargado apuntalar la estructura jerárquica, estructura medieval de enseñanza computarizada. Las instituciones educativas son como un cuello de botella, bien explícito en el gráfico extraído de Education for Well-being, que genera una dispersión de ideas y un aprisionamiento de la que creemos que es pura innovación; cuando los flujos de comunicación, innovación e interconexiones están fuera de la estructura institucional. Hemos avanzado bastante en los últimos 5 años, antes la botella estaba boca abajo impidiendo la entrada y la salida hasta de un mosquito; ahora por lo menos está ladeada dejando escapar comunicaciones e interconexiones que darán paso a estructuras más abiertas y fructíferas en una sociedad red. Así fue como nació La Nube en BlackBoard. 

La característica de claustralidad sigue siendo fundamental para la supervivencia de la Escuela tradicional. Tiene mucho sentido y significado cuando llamamos a su facultad "El Claustro". No tengo problemas con el encierro del saber académico magistral o estudiantil. Yo también, cuando media un contrato (es decir, me pagan por ello) y no hay otro remedio, me encierro con mis estudiantes (creo y doy cursos desde la Plataforma, incluso hice un viaje de placer en una LMS antes de la Web 2.0); eso sí, los pongo a producir y a publicar dentro y fuera de la botella.  El problema surge cuando se crean actitudes y conductas de reclusos a personas que nadan en la amplia Web como peces en el agua, exploran todas sus guaridas y rincones y producen mucho conocimiento a partir de la información existente.


Sigo sin comprender el miedo al entorno externo de la botella, ambiente natural de nuestros niños. ¿Por qué, en vez de atraelos y encerrarlos en un lugar que, por más que se parezca, no es el mismo, no vamos nosotros a los lugares y espacios donde ellos se desenvuelven? Respeto los valores de la privacidad, seguridad y Copyright; pero admiro los valores de universalidad, solidaridad y Copyleft. Para resolver este tipo de conflicto de valores acostumbro apelar a los axiomas "El mayor bien para el mayor número de personas" y "Reniego del amigo que come lo mio conmigo y lo suyo consigo".

A veces trato reconciliar la inconsitencia magisterial y me pregunto, "Ya que no permitimos que nuestros estudiantes publiquen sus conocimientos fuera de la botella, ¿por qué nosotros no abandonamos NING u otra red social más económica que están fuera de la botella y nos vamos a blogear y a escribir mensajes dentro de la botella? Mira que he tratado recopilar conocimiento estudiantil, que es el que me interesa, y casi siempre me topo con la consabida respuesta: está bajo llave.

A partir de ahí, me doy media vuelta y regreso con las manos vacías, consciente que es más fácil abrir la puerta de madera o hierro del salón clase, que tumbar la seguridad de la Plataforma LMS. Pasan por mi mente pensamientos irancundos, maléficos, todos ellos bíblicos: "Ojalá un tornado barra con toda la información Web abierta, incluyendo Google, Wikipedia, Youtube..., y de maldad la introduzca parcialmente en las botellas institucionales privadas-egoistas."

A todas luces prefiero ser nodo antes que isla. Todavía no las tengo todas conmigo si, al convertirme en nodo dentro de la botella, no es lo mismo que ser archipiélago, isla de islas.

La claustromanía no es una enfermedad exlusiva de la edad media y de la era web. A mediados del 80, me entrevisté con la Rectora de una Universidad Pública de Puerto Rico para que me autorizara llevar a cabo un estudio sobre actitudes y conducta sexual entre la población de su Recinto. Le entrego el cuestionario a ser administrado (incluía preguntas claras y explícitas sobre conductas sexuales, como es de suponer), lo revisa y, al rato, me dice categóricamente que "es imposible, yo no puedo patrocinar este tipo de insinuaciones y escándalo literario entre mis estudiantes". Cuando tenía todas las de perder, reaccioné metafóricamente: "Lo siento, Rectora, yo no vine aquí a espantar a sus palomas blancas. Le agradezco su entrevista, quiero decirle que hacía tiempo que no me sentía en un convento de clausura."
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Postdata

La intervención de J. Carlos López Ardao, Profesor Titular de Universidad en la ETS de Ingenieros de Telecomunicación de la Univ. de Vigo, y actualmente Director del Departamento de Ingeniería Telemática, me obliga traer a colación su entrada sobre Paradojas e inconvenientes de los LMS tradicionales en el ámbito universitario donde se reconfirma la problemática de los LMS en los Centros Educativos. Merecen la atención dos trabajos citados por J. Carlos: el de Enrique Dans (Educación online: plataformas educativas y el dilema de la apertura) y el de Juan Freire (¿Cómo matan las universidades la posibilidad de innovación?: Software libre para educación propietaria). Extraigo de Juan Freire el siguiente párrafo:

Las universidades trabajan formalmente con software libre, pero en la práctica están promocionando institucionalmente sistemas cerrados, que normalmente solo están accesibles desde las redes internas o para sus usuarios. En lugar de abrir sus contenidos y enriquecerlos con la participación externa, los protegen y los condenan a la irrelevancia en un mundo que funciona ya bajo la lógica de la abundancia y de la escasez de atención y no de la lógica de la escasez y el control. Muchos profesores y estudiantes, hartos de las barreras y dificultades, acaban por llevarse sus contenidos a otros espacios más abiertos y más fáciles de utilizar.

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