miércoles, 24 de noviembre de 2010

Enseño, luego aprendo

Si quieres aprender, enseña (Marco Tulio Cicerón)

Si nuestros niños saben poco, no es porque no escuchan, sino poque no enseñan (jq)

 Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciéndolo (Aristóteles)


Enseñar = Dar cuenta de, expresar, decir la idea que uno tiene "en la punta de la lengua", a punto de estallar (εἶδος o eidos,visión, manifestación), aplicar conocimiento, demostrar, descubrir, dar a luz, pujar (en el escenario platónico). La pregunta inquisitiva (Mayéutica) es la ruta más corta para que el estudiante diga lo que sabe. En la Era Web 2.0, Enseñar = Intercrear, generar y compartir conocimiento (inteligencia colectiva). El nativo digital puede darnos cátedra en lo último, en la epifanía ubicua del saber social.


El binomio Enseñanza-Aprendizaje es un espejismo para despistar el proceso nítido del Aprendizaje, cuyo núcleo es la enseñanza desde la perspectiva del aprendiz. "No hay enseñanza ...del maestro", sólo hay aprendizaje del aprendiz, insistía una y otra vez SócratesDe haber algún discurso, éste vendría del lado estudiantil. La polémica entre Sócratres y los Sofistas, podría trasladarse a la de los sharistas-blogueros-wikistas y los conferencistas magistrales del s. XXI.


Podemos estar a favor o en contra del fundamento filosófico (la verdad reside en el interior del ser humano por naturaleza) que da origen a la teoría pedagógica de la "no enseñanza"; pero lo que no tiene vuelta es la necesidad del esfuerzo personal, individual o social, para dilucidar (desvelar) la verdad de las cosas, esté ésta en el interior o en el exterior del ser humano.

Cuidado con los .ppt de los estudiantes y de la facultad. La mayoría de ellos no trascienden la Conferencia magistral.




En el modelo de Enseñanza Tradicional, nuestro sublime Paradigma de los Pupitres, sólo está garantizado el aprendizaje de una persona, el del maestro(a) que enseña. El aprendizaje del estudiante habrá que situarlo en otros lares, en otros espacios y otros tiempos, principalmente en las interacciones físico-virtuales que ocurren fuera de la sala de clase, al margen del entorno escolar (extramuros). El "todo aprendizaje es tiempo de clausura" de Rilke, ha sido transmutado por "tiempo de apertura". 

El éxito en el aprendizaje no está en los ENTORNOS (Virtual o Presencial), sino en el CONTORNO, parajes por donde el estudiante se desenvuelve (el Yo -su mundo- y sus circunstancias -el mundo de los otros). Circunstancias = Conexión con fuentes expertas virtuales, Aprendizaje ubicuo y social, Socialización, Producción colaborativa, Intercreatividad. El Entorno más caro es el Presencial, allá cada cual.


El clásico y lancasteriano "yo enseño, tu aprendes" comienza a ceder espacios a un nuevo paradigma: TÚ practica y cuando te equivoques NOSOTROS te ayudaremos. Ya no se requiere aprender antes de usar, sino que sólo usando se aprende de verdad” (Martín Hopenhayn, 2003).


Es obligación moral enseñar con las herramientas que se usan para aprender.

Remembranza a Platón


"Educar no es infundir ciencia en el alma, sino enseñar a ésta a mirar hacia el lugar adecuado". La República.

"El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra" (Platón).


"Ya que soy estéril en sabiduría, y por eso el dios (Apolo) me obligó a ejercer de partero, prohibiéndome al mismo tiempo engendrar" (Teeteto) . Resulta claro que, para ejercer la Mayéutica, Sócrates necesita el diálogo entre maestro y discípulo con la intención de llegar a la razón de ser de las cosas. En el Escenario platónico, mientras el estudiante es quien ocupa la tarima (la "burra") y lleva la voz cantante, el maestro(a) se niega a engendrar y asume el rol de espectador-ayudante, asegurándose que lo que se pro-crea sea un nuevo conocimiento, y no ideas obsoletas o canijas, no sea que suceda como dice el refrán griego: "Los montes están de parto y parieron un ratón". 

"Y los reproches que me hacen de que interrogo a los demás y que no respondo nada a ninguna cuestión porque no tengo nada sabio que decir, son reproches verdaderos… Aunque mis discípulos, al principio, parecen ciertamente muy ignorantes, pronto progresan mucho. El conocimiento que adquieren no lo aprenden nunca de mí, sino que ellos descubren y engendran por sí mismos muchas y bellas cosas" (Teeteto, 149-150).

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