sábado, 1 de octubre de 2011

A propósito de "10 consejos para uso de las TIC en clase"

Parto del supuesto de que el autor cuando escribe "en clase" se refiere a la "sala de clase", espacio físico de 4 paredes. Si con la palabra "en clase" se hace referencia a otros espacios físicos (además de la sala de clase) y espacios virtuales, no hagan mucho caso a mis comentarios.


Este tipo de “Decálogo” relacionado con la web, las TIC y la educación suelo leerlo despacio, uno a uno, y analizarlos con pinzas. La razón es muy sencilla, casi siempre se repiten de forma automática, sin darse cuenta que vienen dando tumbos desde hace mucho tiempo, en este caso desde el 90. Por ejemplo, a estos 10 Consejos le falta el más importante, el nuclear, diría yo, y es el de la ubicuidad de las TIC.Tengo dos opciones, quitar un consejo, algo que no me gusta, o añadir otro, aunque ya no sería un "decálogo", sino un "entecálogo".. He preferido añadir otro a los 10, pensando que el # 1 (si es que se refiere al uso del ordenador en la sala de clase), a la larga o a la corta, se autodestruirá.

Justificación del Consejo 11: Existen equipos y herramientas didácticas que están encadenados a la sala de clase: tiza, pizarra (cualquiera de sus versiones), escritorio, impresora, fotocopiadora, tarima, ordenadores, proyector, puntero... La mayor parte de ellos se distinguen por el costo, por la poca efectividad y por la limitada accesibilidad. Los programas y las herramientas TIC destruyeron las barreras, léase paredes, viniéndose abajo la bien recordada y añorada sala de clase, y reemplazaron el equipo, pensado por la administración y bajo su control, por otros equipos móviles, populares y bajo control de los estudiantes  (que es lo que nos interesa), cuyo uso se traslada más allá de la sala de clase y de la escuela.

La frase “Uso de las TIC en la sala de clase” suena muy bien. Recuerdo cuando se publicó el libro “Nuevas Tecnologías en la sala de clase”, cómo la Editorial se resistió cambiar la última parte de la frase por lo que tenía de "promocional". De nada sirvieron las argumentaciones que esgrimí: que la fortaleza y efectividad de las TIC está fuera, no dentro, de la sala de clase; que las TIC son muy eficaces para distribuir, colaborar y compartir información, y para interactuar en otros espacios allende la sala de clase; que las TIC son una prolongación, NO una inmersión de la sala de clase; que la sala de clase está a duras penas diseñada para la interacción física, menos para la interacción virtual; que la interacción virtual, hecho irrevocable en la sala de clase, a espaldas del maestro, como el "cuchicheo", interfiere con la interacción física donde quiera que sea. En fin, ¡qué no les dije!

A propósito de la interacción virtual en la sala de clase, un día (en la época gloriosa del Messenger) mi nena dejó abierto su MSG en mi Laptop. No hacía una hora que la había dejado en los portones de la escuela; el reloj marcaba las 8:15 AM, en pleno horario de clase, cuando entré al mismo.  Inmediatamente aparecieron reclamándola 5 compañeros de clase. Interacciono con ellos procurando llevar poco a poco su atención a la sala de clase, hasta que me dijeran en un mensaje de texto de qué estaba hablando la maestra. ¡Estaban en la calse... y conmigo! Respiré profundo. Lo interesante de todo esto fue que en esa Escuela NO había Internet. Este hecho nos revela más acerca de las TIC que una conferencia magistral sobre “Las TIC en la sala de clase”.

El miedo a perder el control del equipo, herramientas y programas docentes produce cierto hermetismo y repliegue por parte de la administración y del claustro, que por primera vez se han puesto de acuerdo en no dejar paso a las Nuevas Tecnología en la Escuela y en la clase.


El problema mayor que plantea el uso de las TIC dentro o fuera de la sala de clase radica en el docente, que apenas domina las herramientas, programas (¡gracias, PowerPoint!) y el equipo propuestos por la administración, que sigue fíjamente focalizado en la sala de clase y mentalizado a no ejercer su profesión una vez sale de los terrenos de la escuela, después de las 3:00 P.M.


3 comentarios:

  1. Me parece muy adecuado tu undécimo punto, salvo por una cosa, y ésta es que así como los 10 primeros puntos van dirigidos a un perfil de docente que se está iniciando (sí, aún los hay), el número 11 va dirigido a un perfil docente con un cierto nivel. O como mínimo esta es mi interpretación.

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  2. Siempre he tenido problemascon lo de los niveles. Pues los criterios que se utilizan para enmarcar a la gente en los distintos niveles, casi siempre son criterios implícitos, no expresos. Cuando exigo escribir en blanco y negro los criterios correspondeintes a cada nivel, aparece algo como ésto: Primer nivel (prender y apagar la computadora, manejo del teclado, abrir programas...); Segundo nivel (manejo de programas de aplicacionmes basados en la PC, el programa típico es el PowerPoint); Tercer nivel (jugando con Web); Cuarto nivel (La web 2.0 y manejo de programas basados en Web). Y así sucesivamente.

    Yo prefiero utilizar como criterio el nivel mental de dificultad: a mayor edad mental requerida para ejecutar "X"o "Y" destreza, mayor dificultad. Desde esta perspectiva, las herramientas y los programas basados en Web son más fáciles, es decir, requieren menor nivel mental para manejarlos que los programas y herramientas basados en la PC. En otras palabras, los niveles más bajos con los criterios de este párrafo son los más altos con los criterios del párrafo anterior.

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  3. Hola, Juan,

    Antes de nada, permíteme agradecerte que, aun con matices, te hagas eco de mi decálogo.

    Y a continación, también con tu permiso, te argumento por qué esos consejos y no otros, por qué no once (o veinte, o tal vez cincuenta, porque la lista podría ser larga) y por qué "en clase".

    Y es que todo es cuestión de contexto.

    Puedo estar absolutamente de acuerdo con el décimo primer consejo, y también con tu último comentario (el de los niveles y las dificultades), pero el decálogo se enmarca en un panorama en que, a raíz del programa Educat 1x1 auspiciado por la administración educativa de Cataluña en la legislatura pasada, cientos de profesores, muchos de ellos con una cultura digital poco superior a cero, se ven abocados a tener que utilizar las tecnologías de la información y la comunicación en sus clases.

    Y digo "tener que" de forma absolutamente consciente, puesto que en muchos, muchísimos casos, por más que me (nos) duela, esos docentes viven la irrupción de la tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje como una imposición indeseada e indeseable.

    Además, dicho programa Educat 1x1 se llevó a cabo, sin duda, con la mejor de las intenciones, pero también, muy probablemente, con la mayor de las descoordinaciones y de las improvisaciones,sin una formación previa suficiente del profesorado y dando lugar incluso, durante meses, a situaciones rocambolescas, como centros en los que cada alumno contaba con un ordenador, que además habían decidido que el alumno no podía llevarse a casa después de las horas de clase, y en los que no disponían de conexión a Internet.

    En el resto de España, la situación no ha diferido mucho de la que te describo sobre Cataluña: dotaciones millonarias para máquinas e inversiones irrisorias en formación de los docentes.

    En ese marco, el profesorado, en el mejor de los casos, siente desorientado, poco formado y poco informado. En el peor, se ve obligado a utilizar las TIC entre las cuatro paredes de la sala de clases.

    Así las cosas, ¿les pedimos (imponemos, desde el punto de vista de muchos de ellos) además que aprovechen la ubicuidad que permiten las TIC?

    Pues sí, es una posibilidad. Pero fíjate que lo que intento con la infografía es aportar un bastón en el que muchos docentes medio mareados se puedan apoyar, y no una declaración de intenciones sobre las incontables posibilidades de las TIC en los procesos de aprendizaje.

    Si acaso, tu décimo primer consejo me inspira para editar algún día una segunda versión del decálogo, tal vez con un título similar a "10 consejos para aprovechar las TIC en el aprendizaje".

    ¿Me prestas tu último consejo para que, llegado el caso, sea el primero del nuevo panfleto? :-)

    Un cordial y sincero abrazo.

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Muchas gracias

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